Aniversario Revolución Rusa: los diez días que conmovieron al mundo
Para recordar un nuevo aniversario de la Revolución Rusa de Octubre, transcribimos algunos de los párrafos más significativos de un texto escrito por Liev S. Vigotski acerca del libro del periodista revolucionario estadounidense John Reed, “Diez Días que Conmovieron al Mundo”. / Vigotski - psicólogo y educador bolchevique que falleció en 1934, escribió este comentario el 23 de diciembre de 1923, mostrando la relación que se produjo entre las masas insurreccionadas y su dirección revolucionaria, sin la cual no habría existido la revolución:
El libro de Reed comunica aquello que es típico de una revolución, que para sus contemporáneos y, aún más, para su progenie es lo más esquivo: el estado de ánimo de las masas, la reacción contra un pasado que torna comprensible cada acto de la revolución. / Un historiador o un autor de memorias no pueden recrear esta atmósfera anímica, solamente un artista. Y en su escritura John Reed se mantiene como tal todo el tiempo, pero no es un artista que trata con la fantasía, sino con la verdad.
Reed se interesaba por todo. Una conversación con un taxista, una asamblea de soldados, los reproches de un terrateniente, la exclamación accidental de un conductor… He aquí una simple anécdota de la revolución. Miren como la cuenta. / “Cierto día, al acercarme al portón del Smolni (donde estaban reunidos los dirigentes de la Revolución) vi a Trotski y a su esposa justo frente a mí. Un centinela los había parado. Trotski buscaba en sus bolsillos, pero no podía encontrar su pase. (Leer todo)
El libro de Reed comunica aquello que es típico de una revolución, que para sus contemporáneos y, aún más, para su progenie es lo más esquivo: el estado de ánimo de las masas, la reacción contra un pasado que torna comprensible cada acto de la revolución. / Un historiador o un autor de memorias no pueden recrear esta atmósfera anímica, solamente un artista. Y en su escritura John Reed se mantiene como tal todo el tiempo, pero no es un artista que trata con la fantasía, sino con la verdad.
Reed se interesaba por todo. Una conversación con un taxista, una asamblea de soldados, los reproches de un terrateniente, la exclamación accidental de un conductor… He aquí una simple anécdota de la revolución. Miren como la cuenta. / “Cierto día, al acercarme al portón del Smolni (donde estaban reunidos los dirigentes de la Revolución) vi a Trotski y a su esposa justo frente a mí. Un centinela los había parado. Trotski buscaba en sus bolsillos, pero no podía encontrar su pase. (Leer todo)
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